domingo, 27 de abril de 2008

SÁBADO POR LA NOCHE

Estaba muy cabizbajo a pesar que me había prometido no estarlo (no sé cómo diablos se me ocurrió que estaría bien aunque A. me dijera que ‘esperemos’), pero no estaba en mis planes seguir pensando en eso. El sábado de esa misma semana iba a haber una fiesta interuniversidades, y F. y R., que se habían percatado de mi fantasmal estado, me convencieron para ir; además ella también iba a salir, iba a ir a una discoteca barranquina con sus amigas.

El sábado llegué de la universidad a las ocho de la noche; me bañé escuchando unas canciones de Fito Páez; me puse un polo verde (como siempre), un jean cualquiera y mis zapatillas con pega-pega; y partí en dirección a Puerto. En la cuadra me encontré con F. y R.; R. estaba entusiasmadísimo, no dejaba de moverse como si fuese un niño hiperactivo. Tomamos un taxi, yo me senté adelante; y ellos dos, atrás. F. notó que estaba callado, así que empezó la conversación:
- Hoy es EL tono, ah…
- Si pes… hoy te tienes que encontrar un celular, ¿no gordillo? (refiriéndome a R.)
- Nada hue’on, hoy voy a ‘interrelacionarme’.- respondió R. con un tono de voz muy chistoso.
- Ya pes gordo…-dijo F. con tono burlón- ¿a interrelacionarte con los patas como la vez pasada? estás llevando encendedor, ¿no?
- Pucha… no hue’on… hoy voy en serio… la voy a hacer… ya verán… ¿y tú O.? ¿También la haces?
No le respondí.

Llegamos al tono y lo primero que hicimos fue pedirnos un poco de whisky. Los tres nos acercamos a la pista de baile y empezamos a ver, ya había bastante gente; habíamos decidido no ir muy temprano para ‘agarrar el tono en su punto’. A R. lo llamaron unos amigos suyos, y al rato, se nos acercó con una chica de la mano. Me dio sus cigarros y su encendedor y me pidió que se los guarde porque iba a ‘bailar pegadito’. Yo guardé todo.

Cuando R. se alejó, F. me puso un brazo sobre los hombros y me dijo ‘ya pes primo… vamos a rondear’. Encontramos a dos tipas muy bonitas por ahí y las sacamos a bailar. La chica con la que estaba parecía ‘muy feliz’ y comenzó a hablarme. No habían pasado ni cinco minutos y ya estábamos ‘bailando pegadito’, y unos segundos después, me besó (o bueno… nos besamos). El beso fue corto, yo fui el que lo hizo corto, me separé y ella me lanzó una mirada verdaderamente sexy. Entonces pensé, por un momento, y salí del lugar lo más rápido que pude, me pareció oír a F. preguntándome a dónde iba. Ya fuera del local, tomé un taxi de inmediato, ‘a Barranco señor… a Barranco, pasando Metro…’

Estuvimos en Barranco en 25 minutos. Me bajé del carro, le pagué de inmediato al señor y me quedé parado en frente del local en el que ella debía estar. Fue en ese instante que me di cuenta de algo, no tenía dinero para entrar al lugar y tampoco tenía saldo como para llamarla. Me sentí tonto, realmente tonto, completamente tonto, absolutamente tonto… supongo que eso pasa cuando ‘le haces caso a tus instintos’ ¿no?

Giré hacia la izquierda y me encaminé a la placita. Me senté en una banca y empecé a mirar la iglesia, las demás bancas, Pazos…

Me acordé que tenía los cigarros y el encendedor de R., pero ¿qué podía hacer? Yo no fumo… Saqué la cajetilla de mi bolsillo, escogí uno, me lo coloqué entre los labios y lo prendí. Di una sola bocanada y dejé que el cigarro se consumiera solo. Miré el cielo por un minuto. Cuando volví la mirada al suelo vi que una chica muy linda se había sentado en una banca al frente y me estaba observando muy alegre, como si yo le diera risa. Me parecía conocida…

lunes, 21 de abril de 2008

A OSCURAS... DA GANAS

de escribir...

En medio de la más oscura noche ¿el Sol querrá salir? Es lunes otra vez sobre la ciudad, pero este lunes se diferencia de los demás en muchas cosas. Me tuve que despertar cinco minutos más temprano que de costumbre (por más que suene tonto, suena igual que cuando pedimos ‘cinco minutitos más’); tuve que tomar una ruta diferente porque esta vez mi papá no me iba a ‘jalar hasta Angamos’; tuve que comprarme, por primera vez en cuatro semanas, algo de desayuno en la universidad; me di cuenta, confirme, que TENGO QUE ser periodista; hubo apagón; caí en la cuenta de que viejo regresa recién el miércoles; la luna llena visitó, por cuarto día consecutivo, mi ventana; la luz regresó justo cuando terminé de cenar y cuando me disponía a empezar a escribir; y sigo en tratos con la paciencia…

Lunes otra vez,
sobre la ciudad,
la gente que ves
vive en soledad.


Lunes otra vez
Sui Generis - Confesiones de invierno (1973)

jueves, 3 de abril de 2008

OTRO JUEVES COBARDE

Empecé la universidad faltando a mi primera clase, 'conversando con Martín Romaña’ y escribiendo bajo la sombra de un muro rojo. El sol quemaba, pero yo estaba a salvo (gracias Muro Rojo).

He estado algún tiempo sin publicar cosas nuevas en mis dos blogs, a pesar de sentir que tenía mucho que decir, mucho de qué hablar. Pasa que, además de estos dos, tengo 'otra clase de blogs', uno de los cuales está en Sao Paulo (y no necesariamente en Brasil).
Gracias Lu…



Y hoy me quedo mudo para oír
lo que nunca te supe decir.
No perfumes tanto la verdad,
que si ando muerto es de tanto resucitar.

Otro jueves cobarde
Los caballeros de la quema (Joaquín Sabina) – Fulanos de nadie (2001)